2.4
CARACTERISTICAS PSICOLOGICAS (AFECTIVO- EMOSIONALES)
DESARROLLO
AFECTIVO-EMOCIONAL
DESARROLLO AFECTIVO
El adolescente
marca una inestabilidad emocional que se ve representada por incoherente e
imprevisible también tienen explosiones afectivas intensas, pero superficiales.
El adolescente se caracteriza por tener muchos comportamientos emocionales impulsivos.
Estas reacciones tienen que ver con los impulsos sexuales de esta etapa, de
hecho esto mismo genera ansiedad.
En esta etapa el
adolescente tiene una sobreestimación de sí mismo se cree una persona
extraordinaria, y presenta menos precio de sus capacidades y habilidades, y es
muy común que se comparen con otros jóvenes.
Hay factores que
intervienes en el desarrollo afectivo. La forma que interactúan y el grado en
que interviene en cada adolescente.
Los principales
conceptos básicos son:
· Necesidad: Es la carencia de aspectos
fisiológicos y psicológicos.
· Interés: Cuando un individuo concentra
su atención en un objetivo.
· Emoción: Esto engloba el aspecto
neurológicos, síquicos, heredados y adquiridos, estables y mudables y colectivos
e individuales de dicha reacción.
· Sentimiento: resultados de una
reacción emocional, que se forma a partir de experiencias emocionales.
El desarrollo
afectivo de los jóvenes, se parte de sus emociones y sentimientos dependen de
la satisfacción de las necesidades, estas varían dependiendo de la situación o
de la experiencia. Maslow jerarquiza las necesidades humanas y menciona que
estas se desarrollan de acuerdo a un orden.
Cuales son las
necesidades de una adolescente:
· Desarrollo de la capacidad de
pensamiento
· Preocupación por la fisiología, la
política y asuntos sociales
· Pensamientos a largo plazo
· Establecen objetivos
· Comparación de sí mismo con los
compañeros.
La relación que
tiene el adolescente con otros:
· El joven al querer independizarse se
ve involucrado en estas situaciones durante muchos años:
· La independencia de sus padres
· Aceptación de tus pares
· Las relaciones con el sexo opuesto se
vuelven muy importantes
· Se enamoran a esta edad
· Se comprometen en los compromisos a
largo plazo.
Desarrollo Afectivo
del Adolescente
Dentro del
desarrollo afectivo del adolescente, tomaremos como rasgos principales y
fundamentales de comprensión para el objetivo del presente trabajo dos temas.
La Identidad Personal
La adolescencia es
un momento de búsqueda y consecución de la identidad personal. Esta identidad es de naturaleza psicosocial y
contiene importantes ingredientes de naturaleza cognitiva. El adolescente se juzga a sí mismo de la
misma forma de cómo es percibido por los otros, y se compara con ellos. Estos juicios pueden ser conscientes o
inconscientes, con inevitables connotaciones afectivas, que dan lugar a una
conciencia de identidad exaltada o dolorosa, pero nunca afectivamente neutra.
El autoconcepto es el elemento central de la
identidad personal, pero integra en sí mismo elementos corporales, psíquicos,
sociales y morales.
Los cambios
fisiológicos obligan a revisar y rehacer la imagen del propio cuerpo. La preocupación por el propio físico pasa a
primer plano. Pero no sólo la imagen del
propio físico, sino la representación de sí mismo pasa a constituir un tema
fundamental. El adolescente tiene una
enorme necesidad de reconocimiento por parte de los otros, necesita ver
reconocida y aceptada su identidad por las personas (adultos, compañeros) que
son significativas para él. Es este
reconocimiento y aceptación lo que asegura un concepto positivo de sí mismo.
(Marquez L., Phillippi A., 1995 y Coleman J.,
1980)
DESARROLLO
EMOCIONAL DEL ADOLESCENTE
La adolescencia
Recordar la propia
juventud es algo siempre interesante. Cuando se es joven, y se vive rodeado de
otros jóvenes en el ambiente escolar o en la familia, parece quizá que a todos
aguarda un destino parecido. Pero si recordamos aquellos años nuestros, y vemos
cómo fue pasando el tiempo, y cómo fue fraguando nuestra vida personal y la de
nuestros amigos y compañeros, y cómo nuestros destinos iban serpenteando por
unas rutas que quizá ahora, años después, nos parecen sorprendentes,
comprendemos enseguida que la adolescencia es una etapa decisiva en la historia
de toda persona.
Los sentimientos
fluyen en el adolescente con una fuerza y una variabilidad extraordinarias. La
adolescencia es la edad de los grandes ánimos y de los grandes desánimos, de
los grandes ideales y de los grandes escepticismos. Una etapa en la que emerge
quizá una imagen propia inflexible y contradictoria, con frecuentes dudas y
largas y difíciles batallas interiores.
Muchos
experimentan, por ejemplo, una amarga sensación de rebeldía por no poder
controlar sus propios sentimientos. Se sienten tristes y desalentados, o
incluso resentidos y culpables, quizá porque son demasiado perfeccionistas e
inquisitivos, y quieren verlo todo con una claridad que la vida no siempre
puede dar. Quieren entrar en su vida afectiva con mucho ímpetu, y pretenden
salir luego de ella seguros e inamovibles, con todas sus ideas como en letra de
molde, como aquellas viejas planas de caligrafía de los primeros años del
colegio, limpias y sin la menor tachadura. Y al chocar con la complejidad de
sus propios sentimientos, se encuentran como inundados por una tristeza grande,
y pueden sentir incluso ganas de llorar, y si les preguntas por qué están así,
es fácil que respondan desolados: no lo sé.
A esa edad hay
muchas cosas que ordenar dentro de uno mismo. Hay quizá muchos proyectos y, con
los proyectos, desilusiones e inseguridades. Y no hay siempre una lógica y un
orden claros en su cabeza. Se mezclan muchos sentimientos que pugnan por salir
a la superficie. Las preocupaciones de la jornada, la rumiación de recuerdos
pasados que resultan agradables o dolorosos, y que quizá estén deformados en un
ambiente interior enrarecido, todo eso confluye en su mente cada día como en
una torrentera, mezclando las aspiraciones más profundas del espíritu con los
impulsos más bajos del cuerpo.
Y en medio de esa
amalgama de sentimientos, algunos de ellos opuestos entre sí, va cristalizando
el estilo emocional del adolescente. Día a día irá consolidando un modo propio
de abordar los problemas afectivos, una manera de interpretarlos que tendrá su
sello personal, y que con el tiempo constituirá una parte muy importante de su
carácter.
El descubrimiento
de la libertad interior
Parte importante de
ese proceso de maduración del adolescente es su progresivo descubrimiento de la
libertad interior.
Al principio, es
fácil que identifique obligación con coacción, que perciba la idea del deber
como una pérdida de libertad. Sin embargo, con el tiempo va cobrando conciencia
de que en su vida hay elementos que le acercan a su desarrollo más pleno, y
otros que, en cambio, le alejan de él. Advierte que, con la conducta personal,
unas veces se teje y otras se desteje; que ha de distinguir mejor entre lo que
le apetece y lo que le conviene; y que si no procura hacer lo que debe hacer,
no logrará ser verdaderamente libre.
Percibir el deber
como una obligación coactiva es uno de los errores más graves que acechan el
proceso de su desarrollo emocional. Por eso, debe comprender pronto que actuar
conforme al deber es algo que nos perfecciona; que si aceptamos nuestro deber
como una voz amiga, acabaremos asumiéndolo de modo gustoso y cordial.
Así nos sentiremos
ligados al deber, pero no obligados, ni forzados, ni coaccionados, porque
percibiremos el deber como un ideal que nos lleva a la plenitud. Goethe decía
que no nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino
por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros. Percibir el deber
como ideal constituye una de las mayores conquistas de la verdadera libertad.
Esto puede
apreciarse en situaciones muy variadas. Por ejemplo, el hombre sometido a sus
apetencias es un hombre que vive recluido en una interioridad egoísta, que
tendrá una enorme dificultad para dirigir la atención fuera de sí mismo. Una
persona acosada por los deseos hasta el extremo de no poder dominarlos, es una
persona incapaz de percibir los valores que reclaman su primacía sobre esas
apetencias, y será por eso una persona falta de libertad.
La vida familiar es
la primera escuela de aprendizaje emocional. El modo en que los padres tratan a
sus hijos (ya sea con una disciplina estricta o con un desorden notable, con
exceso de control o con indiferencia, de modo cordial o brusco, confiado o
desconfiado, etc.), tiene unas consecuencias profundas y duraderas en la vida
emocional de los hijos, que captan con gran agudeza hasta lo más sutil.
Algunos padres, por
ejemplo, ignoran habitualmente los sentimientos de sus hijos, por considerarlos
algo de poca importancia, y con esa actitud desaprovechan excelentes
oportunidades para educarles.
Otros padres se dan
más cuenta de los sentimientos de sus hijos, pero su interés suele reducirse a
lograr, por ejemplo, que su hijo deje de estar triste, o nervioso, o enfadado,
y recurren a cualquier medio (incluido a veces el engaño o el castigo físico),
pero rara vez intervienen de modo inteligente para dar una solución que vaya a
la raíz del problema.
Otro tipo de
padres, de carácter más autoritario e impaciente, suelen ser desaprobadores,
propensos a elevar el tono de voz ante el menor contratiempo. Son de esos que
descalifican rápidamente a sus hijos, y saltan con un «¡No me contestes!»
cuando su hijo intenta explicarse. Es difícil que logren el clima de confianza
que exige una correcta educación de los sentimientos.
Hay, por fortuna,
muchos otros padres que se toman más en serio los sentimientos de sus hijos, y
procuran conocerlos bien, y aprovechar sus problemas emocionales para
educarles. Son padres que se esfuerzan por crear un cauce de confianza que
facilite la confidencia y el desahogo. Y saben hablar en ese plano de igualdad
al que se refería aquel alumno mío: se dan cuenta de que con el simple fluir de
las palabras alivia ya mucho el corazón de quien sufre, pues exteriorizar los
sentimientos y hablar sobre ellos con alguien que esté dispuesto a escuchar y a
comprender, es siempre de gran valor educativo.
COMENTARIO
La parte afectivo
emocional en la etapa de la adolescencia es sin duda muy importante en el
desarrollo de la persona ya que en esta se forman y refuerzan nuevos intereses
encontrando nuevas emociones en respuesta a nuevas necesidades que es esta
nueva etapa afloran en muchas áreas principalmente la emocional por lo que es
imperante el estudio de esta etapa para poder afrontar esos cambios y apoyar a
esos jóvenes en el transcurso de esa
etapa.
BIBLIOGRAFÍA
http://psicologiaparatodosuc.blogspot.com/2009/04/problemas-para-encontrar-empleo-la.html
http://psicologiauce.blogspot.com/2010/09/desarrollo-afectivo-emocional.html
VIDEOS
AFECTIVO –
EMOSIONALES
https://www.youtube.com/watch?v=b5fs1vsnLrA
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